El cuarto que me tocó era un dormitorio precioso donde yo supongo había dormido una niña. Sobre la cama blanca había una suave colcha de encaje. En la almohada reposaban muñecas de todos los materiales y tamaños. En las repisas, peluches de animales y cuentos. Cajas de madera blanca, perfectamente alineadas, en las que, seguro, había juguetes guardados.
Cuando a empecé a ponerme mi disfraz de Vampiresa empecé a sentirme un poco fuera de lugar. Era un atuendo demasiado sofisticado y sensual para un cuarto tan inocente.
¿Quién eres? dije
En verdad necesitaba verte- me contestó una voz de hombre.
Pensé que no había problema alguno porque todos los que habían sido invitados a la fiesta nos conocíamos, de modo que lo dejé pasar sin preguntar más.
Te deseo- me dijo.
A lo que yo solo reí ligeramente y respondí- ¿Te conozco? ¿Eres amigo de Ana y Luis?
Yo estaba algo nerviosa así que me senté y encendí un cigarro, lo observe de arriba a abajo. Llevaba una camisa blanca y unos pantalones negros, los primeros botones de la camisa estaban entre abiertos y dejaban ver su pecho tonificado.
¿Quieres un cigarrillo?- Pregunté para ocultar mi nervisismo.
Y el me respondió,- te quiero a ti...
Yo no sabía que pensar ni que hacer ya que me encontraba a medio vestir con un desconocido y mis amigos esperándome para la cena.
Que absurdo.Le dije.
El hombre se acercó aún más y me acerco sus brazos. Me sobresalté. Su manos se posaron en mis caderas y el calor de sus manos hizo que mis mejillas ardieran de golpe.
Antes de que yo pudiera reaccionar empezó a besarme en el cuello. Sus besos me producían una agradable sensación y me extrañó su olor. Un color tan sutil, tan embriagador, dulce y fresco.
Te deseo- murmuró - metio sus manos de golpe debajo de mi vestido y empezó bajar mi ropa interior lentamente por mis caderas. Sin oponer resistencia, dejé que la bajara hasta los zapatos y me las quitara.
Me observó a los ojos con una mirada de éxtasis. La desnudez de mi sexo me excitaba. Se levantó y puso sus manos sobre mis hombros y bajo mi vestido, observo mi cuerpo como si fuera a acabar conmigo, con un movimiento certero liberó mis pechos del sujetador.
No hubo más preliminares.
Mirando fijamente mi sexo se quitó la ropa.
Tenía un cuerpo hermoso, tonificado, blanco y varonil.
Pude ver que el estaba a punto de estallar de lo excitado que estaba
Apoyé mis manos en la cómoda y eché la cabeza hacia atrás esperando su cuerpo.
Cuando entro en mi sentí un escalofrío que recorrió mi cuerpo.
Mientras sus manos movían rítmicamente mis caderas, su sexo entraba y salía de mí tocando cada punto sensible de mis adentros.
Oleadas de placer me recorrían. Yo solo podía gemir y escucharlo decir que me deseaba como a nadie.
No se cuánto duró, ni en qué momento me dejé llevar por una explosión que contrajo mi vientre, una especie de fuegos artificiales salían de mi cuerpo finalizando con una explosión que termino en las sabanas. Fue un orgasmo distinto como ningún otro. Como un volcán de lava líquida que empapó mis piernas y el vientre del hombre que me había poseído.
Sin decir nada me besó los labios me miro como alabando mi actuación.
Se pusó su disfraz de fantasma y se marchó diciendo "hasta luego".
Me quede recostada, y una vez recobrada la calma, termine de maquillarme y me puse el vestido. Cuando bajé todos estaban esperándome para comenzar la cena. Busqué con la vista y ningún invitado iba vestido de fantasma.
Pregunté a la anfitriona si faltaba alguien o sí había alguien más en la casa. Ella me dijo que no. Que no tenía personas de servicio y que todos los convocados estaban con nosotras en el salón.
Pasé la noche conviviendo con los demás invitados pero siempre con una intriga interna, buscando...
Cuando llegó la madrugada y acababa la fiesta, el anfitrión, propuso que se quitaran el disfraz aquellos que no habían sido reconocidos, observe como esperando una sorpresa pero ninguno de los hombres que se despojó de su disfraz era el que había venido a mi cuarto unas horas antes...
Besooos!!! Fanny!!!