lunes, 3 de enero de 2011

La personalidad sexual

La vida sexual de cada persona suele formar parte de su intimidad más secreta y es difícil adivinar el mundo erótico de cada cual. Sin embargo, cada persona expresa su temperamento y su personalidad en los distintos ámbitos en los que se desenvuelve. Cabría esperar que la mayoría de gente se comportarse en el sexo de una forma similar a como lo hace en otras situaciones. Sin embargo, sabemos que éste no es siempre el caso...

En primer lugar, podemos decir que hay personas introvertidas y extrovertidas. Algunas son bastante tímidas y van a tientas, mientras que otras son más resolutivas y se lo piensan menos a la hora de aventurarse a nuevas experiencias. Asimismo, hay personas bastante conservadoras y respetuosas de las tradiciones.

Por otra parte, hay quienes son más bien transgresores y rebeldes, con una necesidad de cuestionar las tradiciones y de implementar aspectos nuevos a su experiencia. También hay gente que puede ser muy rígida en su vida diaria y a quienes les cuesta mucho trabajo cambiar sus hábitos, sus rutinas, sus planes, sus posibilidades... Por el contrario, existen personas que tienden a ser muy espontáneas, interesadas en huir de la monotonía y atraídas por la novedad.

Por otro lado, hay personas que asumen actitudes bastante pasivas y suelen esperar a que sean otras quienes tomen la iniciativa para cambiar o mejorar una situación. Y también están los que sienten el impulso (e incluso la necesidad) de tomar la iniciativa que les permite adaptarse mejor a determinadas situaciones y sacarles más partido.

Pero jamás hay que olvidar que la base de nuestra respuesta sexual se la debemos al cerebro al cual llegan todos los estímulos, tanto procedentes del exterior como del propio cuerpo o incluso de determinadas partes del mismo cerebro. A partir de aquí, este órgano filtra toda la información y determina (de forma inconsciente) si aquellos estímulos son sexualmente excitantes o no. En esta fase del proceso intervienen los factores culturales y la experiencia. El aprendizaje puede convertir en sexualmente excitantes estímulos originariamente neutros (por ejemplo, el olor de un determinado perfume). Pero también puede ocurrir que estímulos inicialmente excitantes, como una caricia en una zona erógena, se conviertan en estímulos productores de ansiedad cuando, por ejemplo, las experiencias sexuales de esta persona han sido negativas. Si finalmente estos estímulos son vividos como eróticos, el cerebro da automáticamente la orden de iniciar la respuesta sexual, que produce una serie de cambios físicos, como la erección, la lubricación vaginal o la eyaculación. Esta acción puede provocar diversas personalidades a diversos estímulos, independientemente a la personalidad usada en la vida diaria.

A todo esto-¿Cómo eres en el sexo? ¿Notas cambios en tu personalidad al adentrarte en el terreno sexual? ¿Y tu pareja, suele comportarse diferente el resto del tiempo? ¿Cuál es tu personalidad más frecuente en el sexo? ¿Cómo te gustaría ser?

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