miércoles, 13 de abril de 2011

Consejos para el cuidado del pecho (Chicas)

Los senos son glándulas mamarias, simétricamente situadas en la pared anterior del tórax sobre dos músculos llamados grandes pectorales. Estas glándulas están compuestas de tejido adiposo (grasa) (que es el que configura la forma y el volumen), de tejido fibroso y de una serie de racimos de glandulillas, entre 15 y 20, que varían de una mujer a otra.
Carecen de sostén natural alguno y únicamente la piel que los envuelve, así como un fino abanico de músculos dan cierta sujeción. Para comprobarlo, simplemente hay que hacer una mueca contrayéndolos. Al momento veremos una sensible elevación de los senos.
El pecho no pueda hacer frente por sí solo a factores que inciden negativamente en su decadencia como las eventuales variaciones de peso, el embarazo, la tensión premenstrual, el período de lactancia, o la menopausia.
Los senos, esbozados ya en el feto, están presentes en el nacimiento, listos para funcionar. Entre los dieciséis y los dieciocho años, los senos alcanzan su plenitud. Su aspecto exterior es de una piel finísima que a veces deja traslucir venas azules y tienen una aureola pigmentada con una serie de pequeños bultitos llamados glándulas de Montgomery.
En los pezones confluyen los canales galactóforos, que en su momento serán los portadores de la secreción láctea. Los pechos en este período son altos, firmes y turgentes, con contornos bien definidos. Una sensible variación de peso los haría cambiar de forma y exigiría cuidados especiales. A veces, los síntomas del síndrome premenstrual, causan algún problema.

En el embarazo

Durante los nueve meses del embarazo, la glándula mamaria se prepara para amamantar. Los senos alcanzan su pleno desarrollo con la lactancia, para recobrar su volumen normal pasado el destete. Las variaciones de su medida, así como las alteraciones que se producen en su interior, afecta de mayor a menor grado en su apariencia externa. Los tejidos grasos, que han disminuido para dejar más espacio a las glándulas mamarias, no se reconstruyen plenamente y el pecho queda más pequeño, con menos firmeza y en ocasiones con alguna estría. Ante la creencia de que el hecho de amamantar es responsable de la caída y flacidez del seno, hay teorías que señalan lo contrario. Según éstas, no sólo no es malo sino que es beneficioso, puesto que se evita la ruptura de las fibras elásticas con la variación brutal de volumen que supone cortar la subida de leche tras el parto. Los senos, que fisiológicamente están constituidos para desempeñar esta función, volverán progresivamente a su forma habitual. Durante este período, para prevenir una posible caída del seno y la aparición de estrías, debemos cuidarlos con especial atención. Hay que tener en cuenta que la predisposición hereditaria es determinante en la decadencia del seno tras el embarazo, por lo que hay que usar un sujetador específico adaptado al progresivo aumento de volumen. Los ejercicios suaves y las cremas reafirmantes aplicadas en el contorno del seno, evitarán la flacidez.

En la menopausia
Aunque la actividad del ovario femenino tiene una relación directa con el seno, no hay que hacer responsable al climaterio de su deterioro. Con la ausencia definitiva de la menstruación, los ovarios dejan de producir estrógenos, lo que conlleva ciertas atrofias, que no se producen de repente, la flacidez de los senos es más una coincidencia por la edad en que se produce que una consecuencia del climaterio.

Combatir la flacidez

Pocas mujeres poseen un pecho perfecto a los treinta y cinco años. La explicación es clara. Con la edad, disminuye la elasticidad de la piel y la glándula mamaria ya no se mantiene contra el músculo pectoral, sino que es arrastrada por su propio peso. Tiende a caer hacia adelante y, después, a deslizarse hacia el vientre o las axilas debido a los cambios de peso, o a las diversas presiones hormonales, a su propia forma, y especialmente a la disposición genética. La flacidez está relacionada con la forma de los senos. Los que tienen forma de manzana, son menos propensos a la caída al estar ampliamente implantados sobre los pectorales. Los senos piriformes (con forma de pera) acusan antes la decadencia. La solución es la prevención. A los primeros síntomas hay que aplicarse una crema específica mediante masajes rotativos y ascendentes. Una o dos veces por semana conviene realizar un peeling suave en la zona con una crema exfoliante para el cuerpo que elimine las células muertas, reactive la circulación y procure una mejor penetración del producto. La aplicación de duchas con agua fría, con un aparato de diseño anatómico que se acomoda al seno y se enchufa directamente al grifo, o con la ducha manual, con movimientos circulares alrededor del pezón, en el mismo sentido que los masajes, de dentro hacia afuera, dan tonalidad a los tejidos, activan la circulación y ejercen un masaje circular mejorando la epidermis y evitando el aflojamiento prematuro. Una postura recta y erguida es muy importante para retrasar la caída de los senos, ya que al enderezar la columna se endereza el busto y la base pectoral, ayudando a mantener el pecho firme.

Mascarilla contra la flacidez

Para rostro, cuello, senos y abdomen. Licuar 100 grs. de manzanas y 100 grs. de melón, aplicar el zumo resultante una vez al día en la zona afectada. Dejar actuar 20 minutos y aclarar con agua fría. Aplicar finalmente una crema hidratante.

Ejercicios:
Sirven para crear una base pectoral consistente sobre la que el pecho pueda implantarse, tonificar ese fino abanico muscular que va del cuello al pecho y endurecer los dorsales de la espalda para que esta no se encorve. Son eficaces como método preventivo cuando aparecen los primeros signos de flacidez y cuando el busto presente signos de decadencia. Los resultados dependen de la constancia. 1. Acostadas boca arriba, con las piernas encogidas y dos pesas de dos kilos en cada mano, se llevan hacia detrás, sin llegar a tocar el suelo para volver después a la posición inicial. Deben realizarse tres series de diez repeticiones cada una. 2. Sentadas, con las piernas estiradas y la espalda completamente recta, los hombros hacia detrás y la tripa metida, se cogen sendas pesas de kilo cada una. Los brazos rectos se levantan hasta formar un ángulo recto y se mueven las pesas de arriba a abajo, alternativamente. Se vuelve a la posición inicial y se repite todo unas cincuenta veces. 3. Tumbadas boca arriba con las piernas dobladas y una pesa de kilo en cada mano, se ponen los brazos en cruz y se llevan hacia delante hasta tocar. El ejercicio se repite unas cincuenta veces para ir aumentando gradualmente. 4. De pie con la espalda recta se juntan las manos palma contra palma con las manos giradas. Con los codos altos, se presiona la una contra la otra. Repetir cincuenta veces.

Otros ejercicios:
Apretar fuertemente una pequeña pelota de goma con las dos manos, tensar todos los músculos de los brazos y contar hasta 10, relajar y volver a repetir el ejercicio 10 veces. Juntar las manos sobre la cabeza y apretar una contra otra 10 veces, repetir 4 veces. Pies en el suelo, piernas y brazos semiflexionados. Hacer como si se separaran dos columnas con las manos. Mantener esta posición 25 segundos y repetir 10 veces. Con las piernas estiradas, doblar los brazos y juntar las manos a la altura del pecho. Presionar todo lo que se pueda, palma contra palma, durante 25 segundos. Repetir 10 veces. De rodillas, con el cuerpo estirado, llevar los brazos rectos hacia atrás y unir las manos tirando hacia abajo lo máximo posible. Repetir 10 veces.

Deportes:

Natación, escalada, tiro con arco o remo. Referente a los deportes, conviene ejercitar los que actúen sobre la parte superior del cuerpo, como baloncesto, natación, escalada, tiro con arco o remo y evitar los ejercicios bruscos que provoquen una fuerte agitación como jogging, tenis, equitación, etc.

Mascarillas naturales

1- Al levantarse aplicar cada día compresas empapadas en zumo de naranja. Mantenerlas unos minutos sobre la piel.
2- Mezclar zumo de limón y unas gotas de ron. Aplicar diariamente con un pequeño masaje.
3- Realizar a diario un masaje con hielo. Poner en la mano 2 o tres cubitos de hielo y pasarlos por el seno dibujando círculos (evitar el pezón) durante un minuto. Secar con una toalla y sin frotar. 4- Se encuentran mascarillas especiales en los herbolarios. Prepararlas siguiendo las instrucciones y aplicarlas con una brocha desde la base del pecho hasta el escote y los hombros. Dejar actuar 20 minutos sin moverse, retirar con agua templada.
5- Después de la ducha aplicar una crema específica para senos. Se puede usar el mismo producto que se usa para el rostro. Masajear suavemente, en círculos, hasta que el producto haya penetrado en la piel.

Exfoliar
Es aconsejable exfoliar cada 15 días para tonificar la piel y facilitar que los productos penetren adecuadamente. Con un cepillo suave hacer movimientos circulares de barrido alrededor de cada seno con cuidado de no rozar los pezones. Hacerlo también en escote y hombros.

Espero que estos consejos les sirvan para cuidar nuestros atractivos primarios ;) Besooos!!!Fanny!!!

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